En su apogeo, Darwin estaba lleno de bares, salones, grandes almacenes y burdeles. Fundada por el explorador estadounidense Doctor Darwin French en 1874 tras el hallazgo de yacimientos de plata en sus montañas, al sur de Death Valley. En tan sólo un año la población creció hasta los 700 habitantes, con alrededor de 20 minas descubiertas. La población alcanzó su punto máximo en 1877, con varios miles de personas viviendo en Darwin. Al igual que sucede en muchos pueblos fantasmas a través de los EE.UU, una vez que la industria ha muerto, la vida en la ciudad empieza a menguar hasta simplemente desaparecer.
El fotógrafo britanico Tim Wallace (Ambientlife) ha puesto en marcha este proyecto personal, centrado en mostrar su actual estado.
©Tim Wallace
Ambientlife
via behance
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