Hay algo de traviesa perversión en los trabajos de Cesar Blay. Como en sus anteriores trabajos, también protagonizados por juguetes, en La Princesa Abdicada nos encontramos a la siempre modélica Barbie en una desconocida aunque no inesperada faceta. Un trabajo exuberante y sensual, rebosante de delicada y elegante intimidad, dentro de un mundo libre, sexualmente hablando.Cesar Blay vive en un pequeño y tranquilo pueblo mediterráneo donde, segun sus propias palabras, "afortunadamente nunca pasa nada", por esa razón el autor tiene que inventarse las historias y buscar sus propios personajes, adentrándose en un universo de figuras inanimadas recreando y descubriendo otras vidas paralelas...
©Cesar Blay | behance | facebook | instagram
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